No es la primera vez que la gente me pregunta ¿cómo hago para encontrar mi sentido a mi vida? Por lo general, me cuentan que se levantan a la mañana con esa sensación de tener que hacer siempre lo mismo y no poder encontrar algo que les llene verdaderamente el alma.
Al no haber descubierto su sentido de vida, suele ocurrir que viven de una manera mecánica, rutinaria, con muchos hábitos y aburrimiento. Están esperando algún placer efímero que pueda sacarlos de la sensación de no saber qué hacer. Por eso, a continuación voy a darles 6 ideas que pueden ser de gran ayuda para encontrar nuestro sentido de vida.
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Índice de contenidos
6 ideas para encontrar nuestro sentido de vida
A continuación tienen 6 ideas para encontrar nuestro sentido de vida. Estas ideas, son como pequeñas llaves que pueden llegar a abrir grandes puertas.
Reconocer nuestra huella digital, es el primer paso para encontrar nuestro sentido de vida
Es fundamental tomar conciencia de que somos una huella digital única e irrepetible. Esto significa, que algo que a otras personas les puede agradar, a nosotros no, y viceversa.
Nuestros deseos, aversiones, pensamientos y sentimientos son los que van a conformar esa huella digital. Por ejemplo, a mí me encanta estar varias horas por día analizando la mente de las personas.
Se imaginan a un grande del baloncesto o basketball como Michael Jordan estar sentado durante varias horas por día. Creo que le haría mucho daño. De la misma manera, no me haría bien estar varias horas por día haciendo prácticas de baloncesto.
La autoobservación nos guía hacia nuestro verdadero sentido de vida
La autoobservación o la observación de nosotros mismos, es la herramienta principal que nos permite descubrir qué es lo que realmente deseamos.
Tener conciencia de lo que queremos o no queremos, es realmente muy importante. El desconocimiento de lo que deseamos, no nos va a permitir saber hacia dónde queremos ir.
Recuerdo que había estudiado para contador y trabajaba como jefe de contaduría en una empresa multinacional que fabricaba autos. Cada día al llegar al trabajo le preguntaba a mis compañeros cómo se sentían, qué estado de ánimo tenían, qué les gustaba hacer en la vida, etc.
Al poco tiempo, decidí renunciar a mi empleo y me dediqué a la Psicología, que es lo que más amo. Cuando lo miro retrospectivamente, me doy cuenta que siempre fui un Psicólogo.
Si hubiese continuado en la empresa, posiblemente hoy tendría un cargo muy importante y estaría ganando mucho dinero, pero al no haber tenido en cuenta mi sentido de mi vida, hubiese sido muy infeliz.
¿Vivir por deseo o por el debe ser? Es la clave para dar sentido a nuestra vida
Cuando me levanto a la mañana, no estoy esperando a que sea sábado o domingo para no ir a trabajar.
Muy por el contrario, me encanta saber que voy a trabajar y que puedo ayudar psicológicamente a muchas personas.
A esto le llamo vivir por deseo, debido a que no siento ningún esfuerzo en hacer mi trabajo. Todo fluye con mucha naturalidad y me resulta muy placentero.
Ahora supongamos, que una persona se levanta a la mañana y siente que no tiene ganas de ir a su trabajo, pero está obligado a ir igual. En este caso, estaría viviendo por lo que debe ser.
Esto le va a requerir mucho esfuerzo, dado que no habría placer en ir a su trabajo. Es muy probable, que espere el día viernes con muchísima expectativa, porque el sábado y domingo va a poder hacer todo aquello que le gusta. En definitiva va a vivir su fin de semana por deseo.
AL HACER LO QUE DEBEMOS Y EVITAR LO QUE DESEAMOS, NOS GENERAMOS UN GRAN SUFRIMIENTO INÚTIL.
Experimentar con algo nuevo
La búsqueda de lo nuevo nos permite salir de la zona de confort en la que nos encontramos. Es importante recordarnos que:
- Si repetimos lo mismo de la misma manera, vamos a obtener lo que siempre hemos obtenido.
- Para obtener algo diferente, hoy tenemos que intentar hacer algo distinto.
No pocas veces el miedo a la incertidumbre y a la inseguridad, nos hace quedar en la supuesta seguridad que nos da lo conocido. Por eso, es necesario adentrarse en el mar desconocido para tratar de experimentar nuevas posibilidades. Esto no significa que las nuevas experiencias podrán agradarnos, pero sabremos que ese no va a ser nuestro camino o sentido de vida por donde iremos. A partir de ahí, seguiremos buscando aquello que más nos guste hacer.
Cuando el tiempo pasa rápido
Recuerdo cuando trabajaba como jefe de contaduría, que muchas veces me encontraba mirando el reloj y sentía que las horas no pasaban nunca. Pensaba que el tiempo del reloj estaba como detenido. Estaba esperando a que llegaran las cinco de la tarde para irme a mi casa y poder hacer lo que más me gustaba.
En la actualidad, casi siempre me quedo sorprendido al ver como se fue el día. Por lo general, el día se pasa tan rápido, que a veces pienso que tendría que tener más horas.
Cuando hacemos algo por debe ser u obligación, el tiempo parece que estuviera prácticamente estancado o detenido. Pero, cuando hacemos algo por deseo, el tiempo parece volar.
Encontrar el porqué para vivir
Hay una frase de Niestzche que siempre me ha gustado mucho, y la misma reza así: Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo.
Esto significa que al tener un sentido de vida, podremos soportar cualquier sufrimiento que nos toque vivir.
Viktor E. Frankl, el autor de la logoterapia y del análisis existencial, hubiera cumplido 115 años el 26 de marzo de 2020. Sus enseñanzas cobran una relevancia especial en momentos de crisis como los actuales.
Durante su vida, el neurólogo y psiquiatra vienés (1905-1997) reflexionó sobre la cuestión del sentido de la vida, después de sufrir en sus propias carnes la reclusión en varios campos de concentración nazis.
Después de su liberación del campo en el año 1945, ante Frankl se extendía una enorme nada. Sin embargo, a pesar de los durísimos golpes asestados por el destino, siempre creyó que todas las personas pueden llegar a vivir una vida «con sentido». En 1992, Viktor E. Frankl habló así sobre su hora cero particular:
«Como yo, muchos se encontraban literalmente ante la nada, en todos los sentidos. Pero esta nada no solo era la falta, la ausencia de una realidad satisfactoria, sino que al mismo tiempo contenía un sinfín de posibilidades de crear una realidad totalmente nueva. Sobre todo, estaba la bendita sensación de haber vuelto a recibir el regalo de la libertad de elección, que es la posibilidad de elegir entre una nueva serie de posibilidades».
Referencia:
https://www.wien.info/es/sightseeing/freud/viktor-frankl-crisis-is-an-opportunity