En el siguiente artículo hablaremos sobre la autoimagen o imagen de uno mismo en profundidad. Veremos cada aspecto relacionado a la autoimagen para que puedan comprender bien el concepto y así trabajar sobre ustedes mismos.
Índice de contenidos
¿Qué es la autoimagen?
Cuando hablamos de la importancia de la autoimagen, nos referimos a cómo nos vemos interiormente y qué imagen tenemos de nosotros mismos. La misma está conformada por una serie de pensamientos, imágenes, creencias y fantasías que creamos sobre nosotros mismos.
Ésta se va formando desde nuestra infancia; por eso es muy importante cómo hemos sido educados y qué nos han hecho creer que somos.
No olvidemos que la repetición de pensamientos buenos o malos sobre nuestra persona hace que, poco a poco, vayamos creyendo en estos, para luego darles un valor de verdad.
En el momento que le damos valor de verdad o no los cuestionamos, es porque ya creemos que son así.
¿Qué es una autoimagen positiva?
Para nuestro desarrollo personal, poseer una autoimagen positiva resulta fundamental. Nos va ayudar a aceptarnos, amarnos y valorarnos. También podríamos decir, que es vernos a nosotros mismos positivamente.
Psicológicamente, diríamos que la autoimagen positiva, es la representación mental positiva que el individuo tiene de sí mismo.
3 sugerencias para tener una autoimagen positiva
A continuación veremos 3 sugerencias para tener una autoimagen o imagen de uno mismo positiva.
1) No identificarse o creer en las construcciones mentales tóxicas
Las construcciones mentales tóxicas, están conformadas por un conjunto de pensamientos, imágenes y sentimientos. No podemos evitar que vengan a nuestra mente, pero podemos dejar de creerles o identificarnos con ellas.
2) Actitud mental positiva
La actitud mental positiva nos permite retroalimentar la autoimagen positiva, llevándonos a mejorar las relaciones interpersonales y sintiéndonos mucho mejor con nosotros mismos. Como dice Anthony de Mello:
- Nada ha cambiado
- Mi actitud ha cambiado
- Todo ha cambiado
3) No luchar contra las toxicidades mentales
Carl Gustav Jung decía: Lo que resiste, persiste. Por eso, es fundamental no pelear o resistir a las toxicidades mentales. Es necesario dejarlas fluir, para que puedan nacer, crecer, desarrollar y disolverse naturalmente. La paz interior, se fundamenta en el principio de la no resistencia.
Tipos de autoimagen
Para su mejor comprensión y conocimiento, podríamos dividir los tipos de autoimagen en tres.
- Individual: Sería como la persona se ve a sí misma.
- Exterior: Es una autoimagen que se conforma de acuerdo a cómo somos vistos por los demás.
- Percepción del individuo: Es la manera en que la percibe aquello que los demás ven de él.
Los Psicólogos Cognitivos y Sociales le dan el nombre de autoesquema a la autoimagen.
Diferencias entre autoconcepto, autoestima y autoimagen
Para su mejor entendimiento vamos a diferenciar entre autoconcepto, autoimagen y autoestima.
Autoconcepto
Está vinculado a la persona y lo que piensa respecto a lo que es. Así como también lo que dice y cómo lo dice. No es la autoestima, pero se encuentra estrechamente vinculado a ella.
Autoimagen
Está formada por el conjunto de imágenes que tenemos acerca de nosotros mismos, como por ejemplo, sentirse feo, lindo, atractivo, etc.
La autoestima
Tanto el autoconcepto como la autoimagen van a construir en gran parte nuestra autoestima. Y de acuerdo a lo que pensemos y las imágenes que tengamos sobre nosotros mismos, la autoestima podrá ser alta con una valoración muy positiva, o baja con muy poca valoración respecto a lo que somos.
¿Por qué es importante la autoimagen? Historia real
Para mostrar este concepto de forma más clara me gustaría contarles la siguiente historia. Hace unos cuantos años una chica muy bonita, que reunía todos los atributos físicos para ser modelo publicitaria, vino a verme. Apenas comenzó la entrevista le pregunté el motivo de su consulta.
Ella me respondió que venía a verme porque sentía que era muy fea. La percepción que tuve al verla fue muy diferente a la que ella tenía de sí misma y seguramente, el resto de las personas estarían de acuerdo conmigo debido a que era una mujer muy linda.
Uno no se ve fea o feo, se piensa así y le cree a esa idea.
Claro que haberle dicho a esta mujer que no era fea no hubiese servido de mucho, porque prácticamente no hubiera escuchado dicho comentario.
Ella se sentía tan fea que comencé mi trabajo evaluando qué la llevó a pensar que era tan fea. Después de varias consultas, surgió que cuando era muy niña le gustaba mirarse en un espejo por mucho tiempo. Cuando se miraba, generalmente, aparecía su madre por detrás diciéndole: “Ahí está la feúcha mirándose otra vez en el espejo”.
No sabemos si la madre hacía este comentario en broma, pero ella lo tomaba muy en serio. La repetición del mensaje materno fue incorporado a través de su pensamiento, hasta llegar a creer que era muy fea.
Autoimagen negativa
Poco a poco, esta niña fue creando una autoimagen negativa. Hasta tal punto se consideraba fea, que al salir con sus amigas a divertirse, si se le acercaba algún muchacho buen mozo, ella lo rechazaba de inmediato porque pensaba que le estaba haciendo alguna broma. Debido a eso, su actitud resultaba un poco antipática y alejaba a cualquier hombre que fuera atractivo. Sin embargo, si se le acercaba un muchacho que no era tan guapo ella se sentía más a gusto.
Importancia de la autoimagen
Al comienzo la joven estaba totalmente convencida de que era fea. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo y a través del proceso de relación terapéutica, empezó a tomar conciencia de lo que era una imagen o una idea.
Comenzó a entender que una imagen no necesariamente tiene que ver con lo que ella es. Poco a poco, empezó a darse cuenta del tipo de pensamientos que le venían a la cabeza como resultado de haber creído en esa imagen o pensamiento.
Con el correr del tiempo, fue empezando a tomar distancia de esos pensamientos negativos o tóxicos (que era fea, que no iba a ser querida por otros o por algún hombre) que le generaban una autoimagen negativa.
A medida que ella dejó de tomarse tan en serio esos pensamientos que se habían originado en su infancia –lo que se llama en psicología desidentificación– ya no se identificaba tanto con esas imágenes o ideas, y como dirían los maestros orientales, no se estaba apegando a eso.
No darle importancia a los pensamientos negativos
Como ven, la paciente primero tomó conciencia de los pensamientos negativos y la imaginación, luego empezó a tomar distancia de eso que le habitaba, hasta empezar a desidentificarse cada vez más de lo que le decía la mente.
A pesar de que durante el proceso terapéutico a ella le seguían llegando a la cabeza algunas ideas e imágenes negativas que habían sido adquiridas desde la infancia, ya no las tomaba tan en serio.
Pudo de esta manera relacionarse con nuevas personas, darle más importancia a su autoimagen positiva e incrementar su autoestima. Es fundamental poder percibir lo peligroso que pueden los pensamientos o las imágenes, y darnos cuenta que no necesariamente son la verdad.
¿Qué es la Imagen Corporal?
Queremos responder a esta pregunta, a través de un pequeño recorrido por diferentes marcos teóricos, tomando el pensamiento de algunos de sus representantes sobre este tema
Enfoque Psicoanalítico
Según Freud, el cuerpo, objeto del Psicoanálisis, no es un cuerpo fisiológico. Este cuerpo biológico está mediado por una representación psíquica del mismo, o sea por la imagen que el sujeto tiene de su propio cuerpo. Esta representación mental del cuerpo, es un cuerpo de goce ordenado erógenamente, ya que toda región del revestimiento cutáneo-mucoso puede funcionar como zona erógena, extendiendo esta propiedad de erogeneidad, incluso a todos los órganos internos.
Por lo tanto para Freud, todo el cuerpo es una zona erógena, aunque señala que algunas zonas parecen predestinada a esta función.
En la constitución del yo actúa el sistema de percepción-conciencia como así también las percepciones internas y externas que parten simultáneamente del propio cuerpo.
Podemos señalar, que adquirimos un nuevo conocimiento de nuestros órganos, a través del dolor después de padecer una enfermedad en ellos. Para Freud, ésta es la forma en la que llegamos a la representación mental de nuestro propio cuerpo. Para él, el yo es primordialmente «Un ser corpóreo», un derivado de sensaciones corporales, debe considerarse como una proyección mental de la superficie corporal, como una imagen que se tiene del propio cuerpo.
También Lacan abordó el tema que nos convoca, a través de su teoría de la fase del espejo, a la que designó como la construcción de la imagen corporal.
Esta fase, le permite al niño- que hasta ese momento tiene una idea de cuerpo fragmentado- tener una representación del propio cuerpo, identificando su yo corporal con una imagen total del cuerpo que se halla constituida como exterior a él, y que completa una falta, la de su incoordinación motriz.
Esta operación se realiza debido al perfecto desarrollo a esta edad, de la función visual en comparación con otras funciones de coordinación motriz y postura vertical. La imagen especular de sí mismo, le suministra al niño la noción de cuerpo total, permitiéndole en esta fase de premaduración biológica, anticiparse en la toma de conciencia del propio cuerpo.
Enfoque Antropológico
López lbor hace una distinción entre cuerpo anatómico-fisiológico y corporalidad. Señala que el hombre posee un cuerpo y también una corporalidad, y que ésta última se manifiesta a través de la intencionalidad, posibilitando un conocimiento del propio cuerpo y el ajeno.
La imagen corporal sería una presencia localizable o no, dependiendo de nuestra actividad psíquica, de nuestra intencionalidad.
Heidegger, la imagen corporal es «la experiencia del existir mismo», señalando que esta experiencia es intencional y dinámica, y que desborda los propios límites corporales.
Para este autor, la imagen corporal no es una síntesis de elementos que derivan de estímulos periféricos o cenésticos del cuerpo, sino más que eso «una presencia de percepción inmediata».
Enfoque Fenomenológico.
Merleau Ponty nos dice que el «cuerpo propio» es la unidad del cuerpo con el alma como así también la unidad del sujeto con su mundo.
En tal sentido señala que es el cuerpo que me instala dentro del mundo. Sin este cuerpo no hay mundo ya que es el punto de origen de significaciones para luego trascenderse así mismo a través de sus intenciones significativas.
Al respecto dice que este cuerpo es vivido como apoyo y vehículo de ciertas intenciones personales, siendo por lo tanto la envoltura viviente de nuestro accionar.
Enfoque Empírico
Por último queremos abordar el enfoque empírico de Schilder, quien en su afán de investigar la imagen corporal, correlacionó las experiencias del mundo exterior en su contacto con el cuerpo con las experiencias internas.
Para Schilder la imagen corporal es «aquella representación que nos formamos mentalmente de nuestro propio cuerpo», señalando que esta experiencia se basa en impresiones ópticas y táctiles.
Por lo tanto si se afectan estas esferas por lesiones corticales, el modelo postural del cuerpo, puede sufrir alteraciones. Al respecto también nos dice, que existen otras lesiones que no comprometen directamente estos sentidos y que son de significativa importancia en la perturbación de dicho modelo: éstas son las lesiones del aparato periférico.
Aparato este, gracias al cual, con los datos obtenidos suficientemente, podemos concebir nuestro modelo postural del cuerpo. Esta construcción se va realizando en la medida que alteramos constantemente nuestra posición.
Por lo tanto el modelo esta sujeto a continuos cambios y son estos movimientos de nuestro cuerpo que se suman a la «idea» que tenemos de nosotros mismos, pasando de esta manera a formar parte de esquemas ya adquiridos.
La aparición del miembro fantasma después de una amputación, experiencia esta sentida como real, es la expresión misma del esquema corporal.
¿Cómo aparece la imagen corporal según Schilder?
Schilder explica que la imagen corporal aparece a través de tres momentos que se dan al mismo tiempo : a) las pautas fisiológicas, b) el enfoque libidinal y c) el aspecto social.
A) Pautas fisiológicas
Principalmente señala que existe una imagen óptica del cuerpo, percibido o imaginado, y que está vinculada con la percepción. También existe una imagen táctil.
Se puede llegar al conocimiento del cuerpo a a través de su posición y podemos localizar una parte del mismo considerando que existe una interrelación entre sus diferentes partes. Sus partes simétricas (brazos, piernas, etc.) están relacionadas entre sí a nivel psicofisiológico.
La imagen corporal puede ser afectada por diversas lesiones orgánicas. La percepción del mismo la realizamos a través de su superficie externa, de sus orificios, de su peso y masa. Si un dolor afecta una de las partes, se tiende a aislar la misma de la imagen corporal.
B) Enfoque libidinal
Schilder sostiene que la libido narcisística inviste la imagen del propio cuerpo. Para él, este cuerpo está relacionado con el mundo y esta libido va tomando en su desarrollo diferentes partes de la imagen del cuerpo modificando el modelo postural.
Este desarrollo se inicia en la fase oral-boca, continuando por la fase anal-uretral y la fase fálica-genital, siendo a través de estos orificios como el cuerpo se conecta con el mundo.
Con relación al modelo postural, Schilder nos dice que el mismo tiene dos aspectos: Uno fisiológico dado por los sentidos, y otro psicológico que está vinculado con las zonas erógenas, y que ambos están íntimamente ligados.
Señala también el papel importante que cumplen nuestras manos al suministrar material psicológico para ir construyendo la imagen corporal, ya que con ellas recorremos nuestro cuerpo y nos comunicamos con el mundo.
Schilder nos dice también algo de suma importancia: si una parte de nuestro cuerpo obtiene supremacía como imagen, la imagen total del mismo se alterará y que el dolor produce el mismo efecto al alterar la estructura libidinal del modelo del cuerpo.
C) El aspecto social
Al respecto Schilder nos explica que la imagen corporal trasciende los limites del cuerpo, porque su construcción se realiza en la medida que nos relacionamos con el mundo y que esta trascendencia abarca tanto objetos externos (indumentarias) como así también aquellos que son originados en nuestro cuerpo (orina, excrementos, etc.) y que los mismos siguen siendo parte de la imagen corporal aunque se hallen separados del mismo. Por lo tanto la imagen corporal agrega objetos o se extiende hacia el espacio, señala Schilder. A modo de ejemplo de esta afirmación, otros autores mencionan como algunos psicóticos incorporan el movimiento de otras personas, o sea los modelos posturales de los demás, sintiéndolos como propios.
Para Schilder, es a través de las emociones dirigidas a los demás, en un fenómeno de tipo social (imitación, identificaciones, lo estético y lo moral) que nos remitimos a imágenes de nosotros mismos y del mundo circundante, existiendo entonces, una profunda comunicación entre nuestra imagen corporal y la de los otros. Por lo tanto, señala que una imagen corporal se va construyendo desde el aspecto social, con la suma de imágenes corporales de la comunidad, determinada por factores de proximidad y lejanía espacial y de proximidad, y lejanía emocional.
BIBLIOGRAFÍA
-Schilder , Paul – IMAGEN Y APARIENCIA DEL CUERPO HUMANO – Ed.Paidos, 1958.
-Freud Sigmund – OBRAS COMPLETAS – Ed. Biblioteca Nueva, 1984.
-Mas Colombo Eduardo, Rched Gustavo, lmbriano Aldo J Iglesias Roberto – PSICOFISIOPATOLOGI A – Ed. Euka, 1986.
-Locke Steven y Colligan Douglas – EL MÉDICO INTERIOR – Ed. Sudamérica