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Autoconocimiento Emocional

Autoestima: Qué es, Características, Ejercicios y ¡Más!

diciembre 12, 2019
autoestima

No es lo mismo tener autoestima alta que ser egocéntrico. Así que he desarrollado un artículo donde iremos viendo paso a paso, lo que es la autoestima, cómo fortalecerla, ejercicios y mucho más.

¡Espero que les pueda ser de gran ayuda para sus vidas!

➡ ¿Qué es la autoestima?

¡Antes de comenzar!

Este artículo tiene como propósito aumentar la autoestima de cada uno de ustedes. Por eso, lo más recomendable es que lean el artículo con esta música subliminal, para que la idea directriz quede absorbida profundamente (no es indispensable, pero lo recomiendo).

Combinar la música con las palabras, es una alternativa muy eficaz.

¡Comencemos!

Al hablar de autoestima nos referimos a aprender a quererse a uno mismo sin tener una actitud egocéntrica. Quererse a uno mismo, implica hacer lo que nos gusta, respetarse y por ende a los demás, sin permitir que nos maltraten, disfrutando lo que hacemos y compartiéndolo con otros. Al querernos más a nosotros mismos, es mucho más sencillo querer a los demás.

autoestima
Los seres humanos, muchas veces no nos tenemos una verdadera estima. De ahí es que surge el término autoestima, que significa quererse o estimarse a sí mismo

Pero es necesario diferenciar la autoestima del egocentrismo. La persona egocéntrica cree que es el ombligo o centro del universo; siente que todo gira y debe girar alrededor de ella.

Imaginen a las personas egocéntricas saliendo a la calle con un gran espejo delante de ellas, mientras la gente va pasando a su alrededor. Es evidente que no pueden ver más que a sí mismas, sin tener en cuenta a quienes les rodean. Al llevar un espejo delante, sólo pueden percibir sólo su propio reflejo. Podemos tener una excelente autoestima sin centrarnos únicamente en nosotros mismos. Al tener una autoestima positiva nos podremos comunicar mucho mejor con quienes nos rodean y ser más comprensivos.

Cada persona es un mundo y, por supuesto, tiene muchas cosas que le agradan y otras tantas que no. Una de nuestras recomendaciones es darnos cuenta de los deseos o aquello que nos gusta, así como también de las aversiones o todo lo que nos disgusta. Hay un ejercicio que puede ser de gran ayuda para determinar nuestros gustos y aversiones o rechazos. Este se llama Inventario de gustos y aversiones o rechazos.

📒 Inventario de gustos y aversiones o rechazos

Buscamos un lugar donde estemos tranquilos para dejarnos pensar sin ser interrumpidos.

  1. Vamos a hacer una lista de nuestros gustos personales y de aversiones o rechazos.
  2. Podemos utilizar una hoja en blanco dividida a la mitad. Un lado va a estar encabezado por nuestros gustos y el otro por las aversiones o rechazos.
  3. Empezamos a hacernos preguntas, tomándonos el tiempo necesario para las respuestas.
que es la autoestima

A continuación describimos algunas preguntas y respuestas a modo de ejemplo:


a. ¿Qué comida es la que más me gusta y cuál es la que más rechazo?
b. ¿Qué ropa me gusta usar para vestir y cuál es la que más rechazo?
c. ¿Cuál es el deporte que más me gusta y cuál es el que más rechazo?
d. ¿Qué me gusta leer? ¿Qué no me gusta leer?

(Ejemplo)

PreguntaGustosAversiones
A.PizzaBrócoli
B.JeansFumar
C.Natación Atletismo
D.Leer filosofiaLeer química

⬆ Autoestima alta

En la medida que aprendemos a comprender lo que queremos ser, todo se irá haciendo mucho más sencillo. Cada individuo es una huella digital única y tiene sus propios gustos o tendencias. Cuanto más nos conocemos, más aprendemos y nuestra autoestima crece.

autoestima alta
Autoestima Alta

Sin embargo, es importante destacar que el gran paso para una buena autoestima radica en no buscar la perfección. Algunos confunden la búsqueda de la perfección con la felicidad, pero uno puede quererse a sí mismo o tener una buena autoestima a pesar de todos los errores que hayamos cometido.

⬇ Autoestima baja

Muchas veces suele suceder que nos mueve una sensación de querer lograr la perfección en todo lo que hacemos. Eso nos produce un gran nivel de sobreexigencia y nos lleva a sentirnos frustrados, lo que deteriora nuestra autoestima.

Por eso hay que recordar que no es necesario tener un diez en todo para mantener nuestra autoestima elevada. Lo importante es querernos más allá de los resultados obtenidos.

autoestima baja
Autoestima Baja


Tener el deseo de mejorar puede ser muy positivo, pero se vuelve conflictivo cuando ponemos nuestro interés en el objetivo o logro final, en lugar de poner el énfasis en lo que hacemos.

De ahí que nos sintamos agotados o hasta frustrados cuando la felicidad no aparece. Si nos preguntamos ¿qué nos lleva a la búsqueda de la perfección?, es muy probable que la respuesta sea: lograr la felicidad. Pero si nos observamos profundamente, constataremos que aunque las cosas salgan a la perfección, no siempre conseguimos sentir esa felicidad.

Si tenemos suerte, obtendremos algún momentito de placer y de nuevo volverá a surgir la exigencia de lo perfecto.

La necesidad de perfección hace que tengamos miedo, dado que no nos permitimos cometer errores. Esto nos llevará a no querer abrirnos a situaciones nuevas, porque no nos sentimos seguros de poder hacer todo a la perfección.

Muchos prefieren vivir en la repetición de lo conocido debido a que les produce cierta seguridad, aunque a veces se sientan aburridos de volver a lo mismo de siempre. Parece que los seres humanos estamos como encerrados en ese círculo vicioso que nos cuesta mucho romper. Algunas veces caemos en la ignorancia de creer que con un gran esfuerzo podremos llegar al ideal y todo estará “perfecto”.

➡ ¿Cómo romper con la búsqueda de la perfección y aumentar la autoestima?

Abrirse a lo desconocido y experimentar lo nuevo. Es muy probable que cometamos algunos errores y tengamos inseguridades, pero el aprendizaje se basa en la audacia de explorar lo nuevo, abandonando o dejando de lado el territorio de lo conocido.

Romper con la búsqueda de la perfección

Recuerdo que tenía que ir a un sitio nuevo y sin darme cuenta tomé un camino por el que siempre iba, pero estaba equivocado debido a que me llevaba muy lejos de donde quería llegar.

Luego me indicaron cómo tomar otro camino, y ahí me surgió la inseguridad de transitar por un camino nuevo y desconocido. Por supuesto que me equivoqué un par de veces hasta tomar la ruta adecuada, pero la sensación final fue la de aprender algo nuevo y de mucha satisfacción.

♦ Comenzar a modificar algunos hábitos

Repetir lo que hacemos siempre nos da alguna tranquilidad, pero podemos sentirnos aburridos o hastiados de hacer continuamente lo mismo. Por eso es posible que nos surja la necesidad de hacer cosas nuevas.

Empecemos con pasos sencillos como ir a lugares distintos, conocer gente nueva, aprender otro idioma, viajar a lugares que no conocemos o estudiar algo nuevo, etc.

♦ Aprender a armonizarnos con la incertidumbre

Lo incierto forma parte de la naturaleza humana. Con la serena aceptación de la incertidumbre damos el primer paso para trascenderla o ir más allá de ella. Cuando descubrimos que lo único seguro o cierto es que un día vamos a morir, comenzamos a tomar conciencia de la importancia de vivir cada momento a su máxima plenitud.


En nuestra vida diaria muchas veces planeamos cosas que no suceden como hubiésemos querido. Es de ahí que surge el famoso dicho popular: “Uno propone y Dios dispone”.


Creo que tenemos que dejar de autoexigirnos tanto y fluir más con lo que nos sucede. De la verdadera aceptación de los hechos, es posible que surja un estado de armonía que nos conduzca a la felicidad.


En la medida en que no buscamos la perfección, tratamos de hacer todo lo que podemos. Seguramente habrá cosas que mejorar, pero eso no implica que nos autocastiguemos continuamente por lo que no pudimos hacer.

♦ Hacer lo máximo posible, a pesar de que los resultados no nos favorezcan

Muchas veces me sucede que después de dar una conferencia, surgen algunas ideas de hacer las cosas mejor la próxima vez. Creo que eso es positivo, pero no hay un autorreproche, debido a que hice todo lo que pude. Por eso resulta fundamental hacer lo máximo posible, a pesar de que los resultados no nos favorezcan.

Esto nos va a evitar recriminarnos por lo que pudimos haber hecho.
Por lo general, suelo decir que hay que hacer todo lo que se pueda y dejar que las cosas sucedan.

Me encanta recordarme que la bola está corriendo en la ruleta y que hice todo lo posible para hacerla rodar, aunque después pueda salir el número que esperaba o cualquier otro.

Pero más allá de que gane o pierda, se tiene la satisfacción personal de haber hecho todo lo que se pudo; por eso la autoestima se mantendrá muy positiva. Sin embargo, algunas veces solemos vincular nuestra autoestima al logro de objetivos, y el no poder alcanzarlos –aunque sea momentáneamente– nos puede producir una baja de la autoestima. Esta es sentida como que no estamos a la altura de nuestros objetivos o que los demás pueden pensar que no valemos nada.


En la medida que no nos respetemos a nosotros mismos, va a ser muy difícil que nos respeten. Las personas suelen comentarme que la “gente” los trata mal, que no son respetados.

➡ Darnos cuenta de nuestra autoimagen

El ser humano tiene la capacidad de crear su autoimagen, pero primero es necesario aprender a descubrir de qué está hecha. Descubrirla tiene que ver con aprender a observar.

nuestra autoimagen
En definitiva, podríamos decir que la autoimagen es lo que pensamos muy profundamente de nosotros mismos.


Cuanto más reafirmamos eso que pensamos, la autoimagen se va consolidando. Por eso algo que empezó como un grano de arena, termina siendo una montaña.

Evidentemente, ese diálogo interior, ese parloteo que tiene la mente parlanchina en las personas que tienen pensamientos negativos, genera hábitos negativos. Hay un tipo de persona que suele decirse a sí misma una y otra vez: “No puedo, no voy a lograr tal objetivo, seguramente voy a fracasar”.

Esta repetición hace que no logren su objetivo y que terminen, precisamente, cumpliendo esos tipos de pensamientos. Eso es lo que llamamos en psicología, autoprofecía cumplida. Sin embargo, la repetición también se puede utilizar para reforzar pensamientos positivos. Para ello debemos tener presente que para conseguir un hábito tiene que haber un conjunto de pensamientos que se repitan.

Entonces, la repetición de determinados pensamientos positivos –como por ejemplo: “Yo puedo, lo voy a conseguir, voy a lograr el éxito”– se forman en un hábito para luego hacerse una costumbre y, por último, termina siendo una forma de vida.

Quiere decir que para que lleguemos a tener una forma de vida positiva, todo tiene su origen en el pensamiento. Entonces, tener un pensamiento positivo se transforma en un hábito, para luego transformarse en una costumbre y, con posterioridad, en una forma de vida saludable.

Para mostrarles cómo funciona esto quisiera narrarles la historia de un muchacho que ayudé hace algunos años.

➕ Forma de vida positiva para aumentar la autoestima

Forma de vida positiva

A esta historia le vamos a poner de nombre René. Cuando René era pequeño le gustaba ayudar a su padre en la reparación y el mantenimiento que había que hacer en su casa de campo.

Él siempre estaba al lado de su papá y disfrutaba verlo reparar el alambrado, limpiar la piscina, cortar el pasto o arreglar aparatos eléctricos, entre otros trabajos menores.

A medida que fue creciendo quiso empezar a ayudar a su padre en dichas tareas. Pero cada vez que su papá le daba la oportunidad de ayudarlo, le decía que lo estaba haciendo mal o que no sabía hacerlo e, invariablemente, terminaba diciéndole que lo dejara a él culminar la tarea.


Sin darse cuenta, el padre fue condicionando a René para que creyera que no servía para hacer tareas de mantenimiento y reparación. René creció con una autoimagen negativa que le hacía sentir que no tenía la habilidad para reparar ni arreglar nada en su propia casa.

Cuando le surgió la posibilidad de irse a vivir solo, rentó una casa que necesitaba algunos arreglos y un mantenimiento general. Pero René tenía la sensación de que no era capaz de hacer nada bien. El simple hecho de tener que cambiar una bombilla o una lámpara eléctrica le causaba una complicación mayor.

En base al condicionamiento o patrón generado durante la infancia, René había arribado a la creencia de que era un verdadero inútil para realizar algunas tareas básicas en el hogar.

✅ Mejorar la autoestima y la autoimagen

Lo primero que trabajamos fue la idea más recurrente o repetitiva, que era la de “no sé hacer…”, frase que le venía con frecuencia a su cabeza.

Aprendió a observar en sí mismo esa idea que le hablaba en su interior y que, si bien estaba dentro de él, en realidad pertenecía a su padre. Todos los días se tomaba un tiempo para respirar abdominalmente y relajarse de cabeza a pies mientras se decía interiormente: “Ese no soy yo”. Hacía este ejercicio durante unos 15 minutos.


Lo segundo que hizo fue comenzar a realizar alguna tarea sencilla que estuviera pendiente en su casa. Encontró que la pared exterior del fondo de su casa necesitaba un nuevo color de pintura, así que consultó en una ferretería y les explicó el tipo de pared y las dimensiones para que le vendieran todos los elementos necesarios para pintar.

Cuando comenzó a poner la pared en condiciones, sentía que su mente le decía que él no sabía hacer eso y que no iba a poder hacerlo. En ese momento se dijo: “Ese que habla no soy yo”, y empezó a restarle importancia a los pensamientos negativos que venían a su mente e ignorarlos, retirándoles la atención, para poder continuar con la tarea de pintar.

Cada vez que la mente le volvía a insistir diciéndole que no lo iba a lograr o que no sabía hacerlo, René recordaba que él no era eso que le hablaba y le dejó de dar importancia. Finalmente, pudo dejar la pared muy bien pintada y sintió que podía ir más allá de los condicionamientos paternos.

Lo tercero que empezó a repetirse durante el ejercicio de relajación y respiración era: “Yo puedo reparar y hacer el mantenimiento de mi casa con facilidad”. A partir de ese nuevo pensamiento empezó a construir un nuevo hábito, para que luego se convirtiera en su forma de vida y, por último, en su propio destino.

➡ Diferenciar la autoestima del egocentrismo

Es necesario diferenciar la autoestima del egocentrismo. La persona egocéntrica cree que es el ombligo o centro del universo; siente que todo gira y debe girar alrededor de ella. Imaginen a las personas egocéntricas saliendo a la calle con un gran espejo delante de ellas, mientras la gente va pasando a su alrededor.

Diferenciar la autoestima del egocentrismo
El egocentrismo es no poder ver más que a uno mismo

Es evidente que no pueden ver más que a sí mismas, sin tener en cuenta a quienes les rodean. Es por eso que llevan un espejo delante, donde pueden percibir sólo su propio reflejo.

Con esto queremos decir que podemos tener una excelente autoestima sin centrarnos únicamente en nosotros mismos. Por el contrario, al tener una autoestima positiva nos podemos comunicar mucho mejor con quienes nos rodean y ser más comprensivos.


Al hablar de autoestima nos referimos a aprender a quererse a uno mismo sin tener una actitud egocéntrica. Quererse a uno mismo implica hacer lo que nos gusta, respetarse uno mismo y por ende a los demás, sin permitir que nos maltraten, disfrutando lo que hacemos y compartiéndolo con otros. Al querernos más a nosotros mismos es mucho más sencillo querer a los demás.

➡ Ejercicio para fortalecer nuestra autoestima

A continuación desarrollaremos un ejercicio para conseguir el fortalecimiento de nuestra autoestima.


Visualización de una cualidad positiva para fortalecer mi autoestima y seguridad en mi mismo.

  1. Debemos buscar algún lugar de descanso que nos resulte cómodo. Nos podemos acostar en nuestra propia cama o donde queramos.
  2. Comenzamos a respirar por el abdomen muy lentamente, inhalando y exhalando por la nariz, dejando que el aire entre y salga con libertad. Tratemos de no inflar demasiado nuestro abdomen. Vamos a contar muy lento del cinco al uno: cinco… inhalamos y exhalamos lentamente; cuatro… tres… muy lentamente, dos… uno.
  3. Visualizamos (pensamos o imaginamos mentalmente) alguna cualidad positiva que deseamos fortalecer. Por ejemplo: ser más decididos, querer comunicarnos mejor, sentirnos con más valor y menos miedo, etc.
  4. Tratemos de pensar o imaginar como si ya tuviéramos esa cualidad positiva. Por ejemplo: si queremos tener más valor y menos miedo, nos imaginamos haciendo algo que requiera mucho valor, con confianza en hacerlo muy bien. Si nuestro miedo es el de hablar en público, nos visualizamos hablando a muchas personas, de manera fluida y con mucha tranquilidad, recibiendo un gran aplauso del público y visualizando el éxito de nuestra charla. Tenemos que visualizar nuestro objetivo, como si ya lo hubiésemos cumplido.
  5. Después de haber visualizado nuestra cualidad positiva cumplida, podremos hacer un conteo ascendente del uno al cinco, hasta recuperar las sensaciones en brazos, piernas, pecho, abdomen, rostro, cabeza y todo el cuerpo.
  6. Duración aproximada de 20 minutos.
    A medida que elijamos los pensamientos e imágenes que más nos gusten o deseamos, poco a poco podremos cambiar nuestra autoimagen y autoestima.

Ya se decía antiguamente: Lo que pensamos en lo profundo de nuestro corazón se va a convertir en realidad.

➡ Autoprofecía Cumplida y su relación con la autoestima

Podríamos definir a la Autoprofecía Cumplida, como el cumplimiento en los hechos de aquello que profundamente pensamos o imaginamos. Para que produzca su efecto, hay tres elementos que tendrían que darse:

♦ Pensar o imaginar profundamente

Esto significa que debemos tener cuidado con lo que pensamos o imaginamos, debido a que puede convertirse en realidad. Y es que aquello que piensas profundamente tiende a concretarse. Los orientales dicen que: “Cuando un mal pensamiento viene a tu cabeza, déjalo pero no permitas que anide en ella”.

♦ Creer que lo que pensamos se va a realizar

Cuando creemos en lo que pensamos o imaginamos, dicho pensamiento se hace más poderoso y busca ser concretado o llevado a la realización. La repetición del pensamiento y la creencia en el mismo, nos acerca cada vez más a la realización.

♦ Expectativa de que se realice

La expectativa de lo que pensamos y creemos es el último componente que hace que la autoprofecía se cumpla. Si pienso que algo me va a salir mal, y creo en ese pensamiento y espero que suceda, ya he dictado mi propia sentencia.

Entonces sólo me resta esperar el tiempo para la condena o, mejor dicho, para que ocurra aquello que pensé. Esto también puede producirse con pensamientos positivos. Si pienso que voy a lograr un determinado objetivo, creo profundamente en eso y espero de forma positiva que se concrete, me queda tiempo para esperar que todo lo programado en mi mente pueda verse en los hechos.


Como hemos visto, nuestra autoimagen y autoestima van a depender de lo que pensamos de nosotros mismos, así como de la creencia que tenemos sobre lo que pensamos y, por último, de la expectativa de que todo lo anterior va a realizarse.

Cuando nos damos cuenta de cómo funciona ese mecanismo comprendemos que es el momento para comenzar a observar nuestros pensamientos, imágenes y sentimientos.

Si detectamos pensamientos que nos llevan a deteriorar nuestra autoestima, es necesario soltarlos o abandonarlos para que no tengan más consistencia. Si no los alimentamos dándoles excesiva atención, comenzarán a desaparecer.

➡ “No me siento bien tratado por los demás y me defenderé”
(caso real)


Les comparto otra historia…


Hace unos años ayudé a un muchacho que vino a la consulta con la preocupación de no sentirse querido por la gente. Él decía que cuando entraba a algún restaurante o negocio la gente lo miraba mal aunque fuese la primera vez que lo veían.

Recuerdo que el primer día de consulta, al abrirle la puerta, me miró fijo a los ojos y muy seriamente.
Después de algunas entrevistas, salió a la luz el mal trato que había recibido por parte de su padre durante la infancia. En el momento que vino a verme la relación con su padre no era muy buena, a pesar de que ya no lo maltrataba.

Resultaba evidente que esta persona había creado una autoestima bastante baja y su autoimagen estaba muy lastimada; por eso había decidido que nadie le iba a causar más daño.

De ahí el motivo de estar a la defensiva y muy rebelde con las personas. Su mirada seria y fija, reflejaba pensamientos de no querer ser lastimado nuevamente; estaba listo para agredir si le hacían algo.

✅ Conclusión

Como consecuencia de su mirada seria y fija en las personas, la gente –por lo general– le pagaba con la misma moneda; por eso sentía que no lo miraban bien. En realidad era su propia autoimagen, proyectada hacia el mundo exterior, la que era rechazada por los demás.

Cuando empezó a darse cuenta, de cómo sus pensamientos de defensa y agresión hacia los demás eran lo que las personas rechazaban, comenzó a identificar esos pensamientos de agresión para luego poder soltarlos o abandonarlos.


Una frase que le enseñé y que lo impactó mucho fue: Cuando no te agrada lo que recibes de las personas, fíjate qué les estás dando. Poco a poco, dejó a un lado la autoimagen de defensa y agresión, y la reemplazó por pensamientos de amabilidad y confianza en los demás. La respuesta de los demás no demoró en verse.

La gente respondía más amablemente, de la misma manera en que era tratada. Pudo observar que sus pensamientos eran como un eco; cuanto más mal pensaba de los demás, los demás pensaban lo peor de él. Su autoimagen y autoestima se fortalecieron positivamente y ya no sentía que iba a ser maltratado por la gente.

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