¡Bienvenidos/as a un nuevo artículo! Si están aquí es porque probablemente hay algo que los haya atraído, o simplemente tengan curiosidad sobre ¿Qué es la paz interior?
Para poder alcanzar la paz interior, no basta con sólo saber lo que significa, hay que vivenciarlo. Por eso, he creado este artículo para que puedan conocer, aprender, y poner en práctica este conjunto ideas, para poder lograr alcanzar la paz interna.
Índice de contenidos
➡ ¿Qué es la paz interior?
Hay ciertos factores o elementos, que nos pueden conducir a la paz interior.
La paz interior significa, estar mental o espiritualmente en tranquilidad, con suficiente conocimiento y comprensión como para mantenerse, uno mismo fuerte, frente a la ansiedad o el desequilibrio psicoemocional.
Como les dije en un principio, la terminología puede ser fácil de entender, pero mi pregunta es ¿Están dispuestos a aprender el camino para lograr alcanzar la paz interna? Si es así, ¡Los felicito!
Muchas personas quieren ser «felices» y creen que la felicidad o la paz interior, se puede comprar como una mercancía, y el hecho es que no se puede. La felicidad, viene como resultado de un trabajo interior. Es como decir «quiero o deseo estar más delgado» y no hago nada al respecto para conseguirlo.
➡ Paz mental
Nosotros pensamos que el principal generador de “ruido” o desorden es nuestro ego o yo.
El yo es aquella “supuesta identidad”, que pretende controlarlo todo. Desde esta pretensión de controlar o modificar situaciones, lo único que consigue es complicarlas. Es como si creyera que una ola del mar pudiera dominar o controlar todo el movimiento del océano. O que la misma, se creyera superior al océano y no se percate de que forma parte de él.
Esta es una metáfora de lo que ocurre también con nuestro cuerpo. Si alguno de los órganos o vísceras quisiera asumir el mando sobre los demás, se produciría un gran desorden. De la misma manera, cuando ese pequeñito ego quiere apoderarse de nuestro ser, es inminente una mayor división y conflicto interior.
Los orientales conciben dos tipos de yo: uno es el yo con minúscula o ego,
que se caracteriza por generar complicaciones y problemas, y se nutre de los conflictos para poder subsistir. Y el otro, es el Yo con mayúscula o Verdadero Yo, contrario al anterior. Este Yo representa la paz, la armonía y la integración.
👁 Movimiento ocular rápido (MOR) y/o rapid eye movement (REM)
Cuando nos vamos a dormir, pasamos por el proceso de adormecimiento, dormir profundo, luego muy profundo, para con posterioridad entrar al proceso del sueño o actividad onírica. Ese momento se denomina sueño paradójico o REM (Rapid Eye Movement o movimiento ocular rápido, que se conoce también en español con las siglas MOR). En el dormir muy profundo o No-REM (sin movimiento ocular), no hay actividad onírica como decíamos anteriormente, pero este estado nos permite un verdadero descanso reparador y, según los orientales, representa al Yo profundo.
Arribaríamos al Yo profundo cuando dormimos de manera profunda y, por supuesto, de forma inconsciente.
➡ Conectarse con el yo profundo para alcanzar la paz interior
Los sabios sostienen que es fundamental trabajar con la meditación para poder conectarse con ese Yo profundo o de máxima integración, pero de manera conciente.
Una manera de representarlo es, como si viviésemos en la superficie del mar con el movimiento que las olas nos traen cada día, sin olvidar que en lo profundo del océano está la paz interior. Aunque en la superficie el movimiento sea turbulento, en las profundidades siempre hallaremos la calma y la tranquilidad.
La meditación nos permite bajar a las profundidades que poseen esa inmensa calma, para luego poder ascender a las turbulencias de la superficie. Cuanto más viajes realicemos hacia las profundidades de nuestro océano interior, más contactos tendremos con nuestro Ser Indiviso o Yo.
Es importante que cada día comencemos a relajarnos, a respirar más profundamente y a tratar de serenar nuestra Mente Parlanchina. Es ella la que no cesa de parlotear, la que interfiere en el camino hacia nuestro Yo.
En la medida en que nuestro diálogo interior o Mono Loco comience a disminuir, ingresaremos a las profundidades de paz y calma, de nuestro Ser o Yo profundo.
➡ ¿Cómo encontrar paz interior y tranquilidad?
El camino inverso es continuar “pensando sobre lo pensado”, cayendo en cualquier tipo de asociaciones mentales que nos alejan de la calma y la armonía interior. En ese sentido encontramos en la sabiduría oriental un proverbio que dice: “No lavemos la sangre con sangre”.
Una manera de ejemplificarlo es, suponer que a una persona que tiene una herida sangrante en un brazo la curaríamos aplicándole una bolsa de plasma sanguíneo sobre toda la herida.
Es evidente que en este ejemplo, lejos de ayudar, complicaríamos dicho cuadro. Lo correcto hubiese sido proporcionarle alguna gasa o algodón con desinfectante, pero “echarle” más sangre a la sangre no sólo no lo beneficiará, sino que además la perjudicará.
Tranquilizar o serenar a la mente parlanchina, no significa seguir pensando. Por el contrario, se trata de aprender a abandonar los pensamientos o representaciones mentales que nos tienen prisioneros. Esto equivale a decir que: No tenemos un yo parlanchín, el yo parlanchín nos tiene a nosotros.
Abandonemos la agitación mental para adentrarnos en la
la paz del YO PROFUNDO.
➡ La mente está siempre en movimiento
Estaba recordando que en una calurosa tarde de verano, se me ocurrió darle más velocidad al ventilador. De repente me puse a observar que según se incrementaba la velocidad, las paletas del ventilador no
dejaban prácticamente ningún espacio o hueco.
El movimiento de las aspas daban la sensación de algo muy compacto. Bajé poco a poco la velocidad y noté que, según giraba más lento, había más espacio para ver entre las paletas. Al detenerlo totalmente, el espacio era mucho mayor.
➡ El espacio entre los pensamientos
Si observamos la corriente de pensamientos, es muy probable que al comienzo no descubramos la brecha o espacio que existe entre los pensamientos. Esta se asemeja a un ventilador a mucha velocidad que no nos deja contemplar sus espacios. No obstante, mientras más observemos nuestros pensamientos, se producirá una ralentización o disminución de su velocidad y podremos darnos cuenta de los espacios entre pensamientos.
Una vez descubiertos dichos espacios, es necesario poder cambiar nuestra atención y aprender a dirigirla hacia esos huecos.
A medida que nuestra atención se posa en los espacios, la mente comenzará a detenerse y empezaremos a disfrutar una verdadera paz.
👇 Ejercicio para alcanzar la paz interior
- Encuentra un lugar y un momento durante el día para tranquilizarte. Puedes elegir tu sillón favorito para recostarte.
- Cierra los ojos y deja que la mente siga su parloteo (habla interna). Sin esforzarte, presta atención a los momentos o intervalos en que estás sin pensamientos.
- Al comienzo serán breves pero, poco a poco, llegarás a experimentar esa sensación de liberación que provoca no tener nada en tu cabeza.
- El solo hecho de que haya menos pensamientos en tu cabeza, es un progreso importante, debido a que tendrás mucha más energía a tu disposición.