Mi mayor motivación para escribir Secretos de la Mente fue poder brindar a las personas diferentes recursos de autoconocimiento para utilizar en su vida cotidiana. Ya sea para afrontar las crisis, en la resolución de conflictos, o para alcanzar paz interior y gozar de la felicidad sin objeto o motivo en especial. 

Es por eso que traté de escribir Secretos de la Mente en un lenguaje claro y sencillo, fácilmente asimilable, buscando que además resulte práctico. Recuerdo que hace muchos años un profesor de la Universidad me dijo: “Es fundamental que los conocimientos sean transmitidos lo más claramente posible y se encuentren al alcance de todos”.

 Fue entonces cuando tomé conciencia de la importancia de una buena comunicación, en la que aquello que se desea comunicar sea transmitido con claridad, cuidando no sólo lo que se dice sino también el modo y el estilo. 

Entonces, con esta idea de acercar un mensaje claro, traté de que todos los “secretos” se vinculen estrechamente, pero que a la vez fuera posible elegir uno al azar y trabajar sobre el mismo sin necesidad de seguir el orden presentado en el libro. En definitiva, los invito a ver los secretos como diferentes ríos que confluyen en el mar de la sabiduría.