¿Cómo nos afecta la opinión de los demás?
Resulta evidente, que a la mayoría de los individuos les encanta agradar a los demás y que piensen muy bien de ellos. Sin embargo, existen personas que desgastan una enorme cantidad de energía tratando de gustar a los demás.
Índice de contenidos
¿Cómo influye la opinión de los demás?
El hecho de estar esforzándonos para caerle muy bien a los demás, implica un desgaste psicofísico muy importante, conduciéndonos no pocas veces a incrementar los niveles de estrés.
Al querer agradar a los otros, nos olvidamos de ser nosotros mismos y disfrutar el momento presente. Es esperable pensar alguna vez en la imagen que podemos dar a los demás, debido a que somos seres sociales y vivimos vinculados con los demás.
Pero el conflicto interior se produce, cuando la mayoría de nuestro tiempo estamos tratando de mantener una imagen social que puede ser aceptada y querida por los demás.
Características de la persona que se preocupa por la opinión de los demás
1) Se aleja de ser uno mismo y se transforma en lo quieren lo demás.
2) Piensa en los demás y se olvida de pensar en sí mismo.
3) Suele quedarse con sus sentimientos o emociones guardadas por temor a no ser aceptado por los otros.
4) Por lo general, se muestra como los demás quieren que sea y no como es.
5) No soporta que lo juzguen.
6) Está pendiente de que sus conductas sean aprobadas por los que lo rodean.
7) No manifiesta relaciones auténticas por miedo a ser rechazado.
El miedo a ser diferentes
El miedo a ser diferentes nos hace:
- Decir sí, cuando deseamos decir no.
- No expresar lo que queremos, sino lo que quieren oír.
- Ir en contra de lo que sentimos y deseamos.
- Permanecer en un grupo que no nos agrada.
- Callar lo que sentimos y pensamos.
Historia del padre, el hijo y el burro
Un padre acompañado de su hijo de corta edad y su burro, tenían que cruzar semanalmente la plaza principal de un pueblo para dirigirse a realizar unos trabajos en una aldea un tanto distante.
Un buen día, el niño iba montado en el burro y el padre caminando cerca del mismo pasaban por la plaza del pueblo, un tanto concurrida de vecinos, – como era habitual -, que miraban con curiosidad la escena que se presentaba ante sus ojos.
Una vez rebasada la plaza principal, los vecinos comenzaron a criticar ácidamente: ¿Será posible? ¡el niño, fuerte y robusto sobre el burro, y el pobre padre un tanto mayor y achacoso caminando! ¡ Qué poca verguenza!
Habiendo llegado estos comentarios a oídos de este hombre, la siguiente semana, era él mismo el que iba sobre el burro y el niño caminando, azuzando al animal.
Los vecinos del pueblo al ver esto, arremetieron con sus críticas hacia el padre: «Qué poca verguenza! ¡ el pobre crio caminando y él tan contento sobre el burro! ¡qué padre más despiadado!
Con el fin de no recibir tantas críticas, a la semana siguiente, pasan delante de los vecinos del pueblo, tanto el padre como el hijo montados en el burro; al ver esto, aquellos que estaban sentados en la plaza muestran abiertamente sus críticas: «Cómo es posible que tengan tan poca consideración por el animal.¡los dos, sentado tranquilamente y el pobre animal, derrengado, llevándolos sobre su lomo!»
Al pasar el tiempo, y tener una vez más que pasar por el pueblo, y evitar de una vez por todas, todo tipo de crítica, el padre y el hijo van caminando, llevando al burro atado con una cuerda. Al ver esto, los vecinos del pueblo, no pueden dejar de exclamar: «¡ Serán estúpidos!, para qué quieren el burro, los dos caminando y el burro moviéndose a sus anchas; qué poco cerebro tienen!»
Es imposible satisfacer a todos en todo momento. Lo importante es saber tomar decisiones sabias sin estar pendientes del que dirán y/o de la opinión de los demás.
https://www.yogacentersc.es/posts/196-historia-del-padre-el-hijo-y-el-burro
¿Cómo hacer que no me importe la opinión de los demás?
A continuación les daré 10 Sugerencias para dejar de preocuparse por la opinión de los demás.
Saber que somos una huella digital única e irrepetible es fundamental:
El pensamiento de los demás puede ser como una antorcha encendida. Estamos en problemas cuando recibimos pensamientos ajenos y vivimos en una casa de madera. Si somos nosotros mismos y fluimos como el agua, el fuego que nos arrojen lo apagaremos inmediatamente.
Dejar de vestirse con ropa ajena:
Cuando nos vestimos con ropa ajena, es muy difícil que nos quede a la medida de nuestro cuerpo. Al elegir nuestra propia ropa, nos sentiremos mucho mejor. Ser uno mismo, significa que no nos vamos a vestir con ropa ajena.
Dejar de compararnos:
Es muy importante dejar de compararnos. Un cocodrilo no quiere ni le interesa ser como un águila. Al cocodrilo le encanta reptar por los pantanos y al águila volar por las altas cumbres. Cuando nos comparamos con los demás, damos origen al sufrimiento innecesario.
Soltar las máscaras:
Todos los días nos ponemos máscaras y nos olvidamos de saber quiénes somos. Tengamos el valor de ser nosotros mismos y soltar las máscaras.
Siempre nos van a criticar:
En el Dhammapada dice:
- Te critican si estas en silencio
- Te critican si hablas mucho
- Te critican si hablas poco
- De todas maneras siempre te critican.
Reirnos de nosotros mismos:
Reirnos de nosotros mismos, disminuye el nivel de autoexigencia y nos libera de tensiones y preocupaciones inútiles.
Soltar el miedo a ser rechazados:
Renunciar a lo que somos, por miedo a ser rechazados nos conduce a lo peor. Tengamos la valentía de ser nosotros mismos.
Nos han dicho como debemos ser:
Hemos sido programados para el debe ser, a través de nuestros padres, maestros, profesores, políticos, instituciones, religiones, etc. Es fundamental redescubrir quiénes somos para soltar lo que debemos ser.
La valentía de ser uno mismo:
Al tener el valor de sentir, pensar y actuar en unidad, la armonía vendrá por añadidura.
Aceptación de lo que somos:
Luchar en nuestro interior nos desgasta. Aceptar serenamente lo que somos, produce una bella armonía. Les paso un poema que escribí hace algunos años y resume lo que siento y pienso.
Aceptación
Algunos años pasaron,
y veo que es lo mejor,
las cosas son como son,
el camino, es aceptar.
Tanto el placer y el dolor,
al aceptarlos se calman,
pero al luchar contra ellos,
mucha energía se escapa.
A la larga o a la corta
sólo la verdad libera,
que difícil es al comienzo,
aunque la serenidad después llega.
Ya no gasto más las fuerzas,
en ocultar mi verdad,
el alma siento liviana,
cuando vivo en libertad.
Aceptar es conocerse,
amarse y crecer más,
comprendiéndome a mí mismo,
entenderé a los demás.