A la hora de enfrentar nuestro miedo a la muerte es importante “tomar conciencia de que somos seres finitos, y de que en algún momento nos vamos a morir”. Sin embargo, parece ser una realidad “a la que muchos queremos escapar o hacer caso omiso”.
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Dualismo de nuestra cultura occidental ante el miedo a la muerte
Martín Heidegger, el gran filósofo alemán, hablaba del Ser para la muerte. La muerte forma parte de las verdades existenciales de la vida y para ser realmente auténticos no podemos ocultarla.
Nuestra cultura occidental hace una separación entre vida y muerte, en vez de verlas como una unidad”. Incluso, acostumbra a clasificarlas “como algo positivo (vida) y no positivo (muerte)”. Esto influye, en gran medida, en el modo de asimilar el proceso de morir.
Síntomas del miedo a la muerte
5 etapas del duelo de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross: Las 5 etapas del duelo fueron propuestas por primera vez por Elisabeth Kübler-Ross en su libro de 1969 “On Death and Dying”, en español se titula, “Sobre la muerte y los moribundos” año 1975. El libro se encuentra basado en el trabajo que hizo la doctora Dra. Elisabeth Kübler-Ross, con pacientes moribundos o en estado terminal y su relación con el miedo a la muerte.
- Véase también: Tipos de miedos
Negación
«Me siento bien», «esto no me puede estar pasando». La negación es una defensa temporal para la persona y constituye la fase inicial del proceso de duelo.
Ira
«¿Por qué a mí? ¡No es justo!». Una vez en la segunda etapa, el individuo reconoce que la negación no puede continuar. Debido a la ira, esta persona es difícil de ser cuidada debido a sus sentimientos de ira y envidia.
Cualquier individuo que simboliza vida o energía puede ser el punto de mirada de la persona en duelo. En las personas con creencias religiosas, suelen darse enfados contra su Dios y rechazo a las creencias espirituales que tenía hasta ese momento.
Negociación
«Dios, déjame vivir un poco más», «haré cualquier cosa», «cambiaré mi modo de vida». La tercera etapa involucra la esperanza de que la persona puede de alguna manera posponer o retrasar la muerte o situación dolorosa. Habitualmente, la negociación por una vida extendida es realizada con un poder superior a cambio de una forma de vida reformada.
Depresión
«Estoy tan triste, ¿por qué hacer algo?»; «¿qué sentido tiene todo?». Durante la cuarta etapa, la persona que está muriendo o atravesando un duelo empieza a entender la seguridad de la pérdida.
Debido a esto, el individuo puede volverse silencioso, rechazar visitas y pasar mucho tiempo llorando y lamentándose. Este proceso permite a la persona desconectarse de todo sentimiento de amor y cariño. No es recomendable intentar alegrar a una persona que está en esta etapa. Es un momento importante que debe ser procesado.
Aceptación
«Esto tiene que pasar», «no puedo luchar contra la realidad», «debería aceptarlo». La etapa final llega con la paz y la comprensión de que la muerte está acercándose o de que la pérdida se ha producido y es irreversible.
En el caso de los moribundos, los sentimientos y el dolor físico pueden desaparecer. Esta etapa también ha sido descrita como el fin de la lucha contra el miedo a la muerte o la pérdida.
Revalorización de la vida, y enfrentar el miedo a la muerte
Para muchas personas que viven este proceso, el aspecto positivo que produce, es una suerte de revalorización sobre la vida. Esto los lleva a una ruptura del vivir desde la perspectiva egocéntrica, producir algunos cambios harto significativos y sanar el alma.
15 cambios significativos que suelen producirse en el sujeto ante el acercamiento de su muerte
- Se deja de juzgar, comparar y condenar: El sujeto comienza a dejar de juzgar y condenar a las personas con que se rodea. También deja de querer compararse.
- Existe una mayor tolerancia y comprensión: Empieza a sentir mayor tolerancia y comprensión primero hacia sí mismo y por añadidura lo hace con todos los demás.
- Sé es conciente de lo efímera que es la vida: Toma conciencia de lo rápido que se va la vida. Percibe la impermanencia y lo efímero de todas las cosas. Lo que antes existía, de repente ya no existe más.
- Empieza a distinguir lo que es valioso, de lo que no lo es: Tiene un profundo discernimiento de lo que considera valioso y de lo que no lo es. Sería como saber diferenciar el oro del oropel.
- Se intensifica el respeto por la vida: Hay una profunda reverencia y respeto a todos los seres vivientes que habitan el mundo en que vivimos.
- Hay un redescubrimiento de la vida: Hay un volver a descubrir lo que la vida representa. Anteriormente estaba tan enfrascado en los quehaceres de su vida, que no se daba cuenta lo que la vida representaba.
- La vida tiene un valor que antes no tenía: La vida cobra un valor que antes no tenía. La cercanía con la muerte hace que la vida cobre un mayor valor.
- Las percepciones son muchas más intensas: La forma en que percibe el mundo se hace con una intensidad mayor. Cada segundo se convierte en algo sagrado.
- La trascendencia en la obra: Algunos individuos dejan su obra o producción al servicio de la humanidad. Puede ser una producción en el arte, música, literatura, etc.
- En qué puedo ser útil a los demás: Otras personas quieren aprovechar lo que les queda de vida para ser útil al prójimo. Pueden ayudar en un hospital, asilo de ancianos o geriátrico, etc.
- Fundirse con lo divino: Hay sujetos que de acuerdo a sus creencias, entregan el tiempo que les queda de vida a contactarse con Dios o lo divino.
- La importancia de la buena acción: La conducta de estas personas, se basan exclusivamente en la acción correcta o lo que podríamos llamar la buena acción.
- La motivación de poder dejar una huella: Hay personas que sienten que tienen que dejar una huella o marca (ayudar al prójimo, aliviar el sufrimiento ajeno, etc) en el paso por la tierra. De esta manera, sienten que la vida no se ha ido en vano.
- Hay una entrega total a lo que es: Existe una verdadera entrega a lo que es. Aceptan su destino sin queja, crítica ni rechazo.
- Dar lo mejor de uno mismo: Intentan dar lo mejor de sí mismo para el beneficio de todos, dejando plenamente de lado su ego o beneficio personal.
Para concluir, les dejo un pequeño poema que escribí hace muchos años
HAY QUE DEJAR DE TENERLE MIEDO A LA MUERTE
Si viviéramos por siempre,
poca importancia tendría,
eternos y sin la muerte,
la vida insulsa sería.