Cuando nos referimos a cómo afrontar nuestros miedos, es importante para una mejor comprensión, dividirlos en:
Miedos sobre hechos reales
Entendemos por este tipo de miedos a aquellos producidos por una determinada situación o hecho.
«Por ejemplo, si nos encontramos en una selva y a pocos pasos escuchamos el rugir de un León, el miedo nos alertaría del riesgo que puede correr nuestra vida«.
Es por eso, que me gustaría llamar a este tipo de miedo, Inteligencia Arquetípica. Esa Inteligencia Arquetípica, es la que va a tomar posesión de afrontar nuestros miedos ante el peligro y efectuar alguna acción (correr, escondernos, inmovilizarnos, etc).
¿Qué hacer cuando el miedo es real y cómo afrontarlo?
Todos sabemos muy bien, que al poner la mano concientemente sobre la estufa, inmediatamente una fuerza superior a nosotros o una Inteligencia Superior nos hará retirarla inmediatamente.
También podemos intentar retener concientemente la respiración por algún tiempo, hasta que sentiremos un irreparable impulso de volver a respirar.
Los casos anteriormente mencionados, están directamente vinculado a hechos.
Podemos agregar cientos de ejemplos de los tipos de miedos más comunes: Que nos roben, un accidente automovilístico, catástrofes naturales (terremotos, huracanes, inundaciones, erupciones volcánicas), alguna enfermedad grave, etc.
Los hechos existen y tenemos que responder a ellos como podamos. Nadie puede evitar que este tipo de miedo se produzca, dado que todos estamos expuestos a ellos.
Miedos construidos por nuestra mente
Además de los miedos que señalamos con antelación, se encuentran aquellos miedos que nos autocreamos por medio de la imaginación y el pensamiento.
Este tipo de miedos se alimentan exclusivamente de nuestra mente, aunque se proyectan sobre situaciones reales.
Generalmente están relacionados con situaciones pasadas o futuras. El hecho de no poder vivir el momento presente, es un buen caldo de cultivo para los miedos.
En realidad, muchos de nuestros miedos, están originados en nuestras construcciones mentales o imaginarias. Serían como una especie de fantasma, que sólo se nutre de nuestra imaginación.
Pelear contra ese fantasma, nos conduciría inevitablemente al incremento de dicho miedo, dado que se fortalece por medio de la lucha.
¿Cómo afrontamos nuestros miedos imaginarios?
Tenemos que aprender a darnos cuenta del enorme poder de nuestra mente en generar todo tipo de miedos y conseguir que los pensamientos, imágenes, fantasías y todo tipo de imaginería mental comiencen a debilitarse.
Resultará muy beneficioso, darse cuenta que los pensamientos son solamente ideas y aprender a no conceder excesiva importancia a todo lo que la mente nos dice.
Cuando le concedemos menos atención a los pensamientos que nos generan miedos, es muy probable que los mismos ya no nos afecten.