La cárcel de nuestros malos hábitos o condicionamientos
Para poder salir de la cárcel de los patrones o malos hábitos en los que estamos encerrados, es imprescindible descubrir que hemos estado viviendo dentro de una cárcel.
Entiendo por cárcel al conjunto de patrones y/o condicionamientos en los que nos mantenemos prisioneros.
Romper condicionamientos no es tarea fácil, pero puede hacerse. Sólo requiere de una verdadera necesidad de querer deshacernos de esos condicionamientos y saber qué hacer ante los pensamientos tóxicos.
Cuando soltamos o abandonamos un viejo patrón o condicionamiento, comenzamos a estar libres para aprender algo nuevo.
Muchas veces nos manejamos mecánicamente. Por ejemplo, conducimos nuestro automóvil desde el trabajo a nuestra casa y al llegar ni nos dimos cuenta del recorrido que hicimos. Esto se debe a que nuestro inconsciente conoce el trayecto de memoria y por eso lo hace sin problemas.
Nos autoengañamos
A veces decimos que queremos estar libres de patrones, pero en nuestro interior nos gusta seguir haciendo siempre lo mismo.
Me viene a la mente una vieja historia de un loro que estaba encerrado en una jaula y se pasaba gritando: “¡Libertad, libertad, libertad!”. Una persona que estaba cerca de su jaula se atrevió a abrírsela para que el loro pudiera liberarse. A los tres meses, esa misma persona volvió al lugar donde estaba la jaula con el loro y se encontró que la reja seguía abierta y el loro continuaba gritando: “¡Libertad, libertad, libertad!”. Por eso, no es sólo cuestión de querer estar libres de patrones, sino ponernos en acción para liberarnos.
5 ejercicios para trabajar los malos hábitos
- 1. Busca una libreta o una hoja de papel para anotar. Siéntate cómodamente en algún lugar donde puedas escribir.
- 2. Haz una lista de los patrones o hábitos que hayas adquirido y quieras deshacerte. Por ejemplo: Fumar, comer en exceso, querer tener siempre la razón, ser una persona que le gusta discriminar, ser muy crítico, pensar negativamente, etc.
- 3. Una vez hecha esa lista, observa con detenimiento cada ítem. Luego intenta pensar en toda la carga negativa que te ocasiona tener ese patrón. Por ejemplo, si elegiste el de tener siempre la razón, fíjate cómo te vas quedando sin amigos, sin pareja o cómo la gente comienza a alejarse de ti. Recuerda las discusiones o peleas que has tenido por querer que prevalezca tu opinión.
- 4. Después de haber visto la toxicidad de dichos patrones. Encuentra algún sitio donde puedas sentarte cómodamente. Cierra los ojos y, poco a poco, visualiza o imagina a cada patrón tóxico como si fuera un globo que se eleva hacia el cielo y se aleja de ti.
- 5. Cada vez que surja un viejo patrón en tu mente, ignóralo o déjalo de lado. Con el tiempo dejará de influenciarte o tenerte entre sus garras.