Si nos detenemos a observar a nuestro alrededor, veremos que hay una búsqueda excesiva del placer o hedonismo. No es que esté en contra del placer, creo que el mismo es muy importante en su justa medida.
Sólo me estoy refiriendo a la exagerada búsqueda de placer o hedonismo que lleva muchas veces a los seres humanos a perderse en el alcohol, las drogas, el cigarrillo, el comer en exceso, el sexo, el hablar compulsivamente, el chismorreo, etc.
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La búsqueda desmedida del placer o del hedonismo
Si nos ponemos a analizar y reflexionar por qué estamos buscando desesperadamente el placer, resulta evidente que es debido a que estamos sufriendo mucho, o que no estamos cómodos con nosotros mismos. Porque si nos sintiéramos bien, no estaríamos buscando continuamente estímulos que nos resulten placenteros. Sin embargo, la búsqueda excesiva de lo placentero generalmente termina en el sufrimiento.
La mayoría de la gente sabe que después de una noche de alcohol viene la famosa resaca o hangover. Con la resaca, nos sentimos descompuestos, nos duele la cabeza y muchas veces tenemos malestares estomacales. Pasaría lo mismo cuando comemos en exceso, fumamos, etc. Este es el costo de la desesperada búsqueda del hedonismo.
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Querer llenar a toda costa el vacío interior con un hedonismo excesivo
Recientemente me preguntaba, ¿no será que el estar detrás del placer o hedonismo evita estar con nosotros mismos?
Después de muchos años de escuchar a las personas, he notado lo difícil que es para la gente estar en soledad. Con esto quiero decir, que cada persona trata de cubrir esa soledad de diferentes maneras. Algunos con sexo, otros con cigarrillos, alcohol, dinero, con trabajo, con la búsqueda de enfermedades o sufrimientos innecesarios, etc. Huir de la profunda soledad interna, es no querer ver nuestra propia esencia.
Consecuencias del exceso de hedonismo
Somos como una especie de canasta o aro de basketball, donde cada pelota que ponemos es un deseo que inmediatamente pasa por el aro y luego desaparece. Por más que pasen miles de pelotas o deseos, jamás podremos tapar el agujero de esa canasta o aro.
A medida que huimos de nuestro hueco interior, más placeres necesitamos. Podríamos decir que cuanto más nos perdemos en un placer, menos queremos saber de nuestro vacío interior.
Tomar conciencia o darnos cuenta que somos ese vacío o soledad
Es primordial tomar conciencia de que el vacío interior o soledad es algo imposible de llenar, para poder afrontarlo y vivir con él. De esta manera, sabremos que el cumplimiento de nuestros deseos no va a poder llenarnos, y por lo tanto no correremos detrás del deseo. Esto significa, que no estaremos escapando en la exagerada búsqueda del placer o hedonismo y le daremos el lugar necesario.
Si permanecemos más con nosotros mismos y escapamos menos, es muy posible que surja una verdadera plenitud.
Historia en el taxi
Me acuerdo que había tomado un taxi hasta Villa Lugano, y entonces me llamó la atención un cartelito que decía “SE RUEGA NO FUMAR”. Le dije al chofer, que bueno que le pide a la gente que por favor no fume. Inmediatamente me respondió: “el cigarrillo es muy tóxico”. Mientras tanto, en mi interior estaba la curiosidad de saber cómo el taxista había dejado de fumar. Es por eso que le pregunté casi inmediatamente ¿Cómo dejó de fumar?
Es una larga historia, pero si tiene un ratito de tiempo se la cuento. Bueno, le contesté, esperando a que comenzara con su relato.
“Hace unos años, fumaba 3 a 4 atados de cigarrillos por día y no podía dejar de fumar. Por más voluntad que pusiera, siempre volvía a lo mismo. Pero una noche, empecé a tener ahogos con ataques de tos y creí que me moría. Me tuvieron que llevar de urgencia al hospital y permanecí tres días con carpa de oxígeno. Casi me muero. Recuerdo que llegué a mi casa bastante recuperado y vi en una mesita del living un atado de cigarrillos.
Aunque no lo crea, por primera vez en mi vida no tuve deseos de fumar. A partir de ahí no hice ningún esfuerzo para abandonar el cigarrillo, porqué comprendí que era sumamente tóxico”.
El darse cuenta
Esta historia nos sirve para que podamos tomar conciencia de que reprimir un deseo, no nos va a servir de mucho para poder dejarlo o abandonarlo. Sin embargo, cuando percibimos que algo que deseamos es sumamente tóxico, lo dejaremos con mucha más facilidad. Descubramos qué es lo tóxico en nuestra vida, para poder abandonarlo.
La peligrosidad del pensamiento
Los seres humanos, solemos enredarnos en todo tipo de pensamientos, pero no percibimos la peligrosidad de ciertos pensamientos. El pensamiento es el responsable de crear el deseo o el miedo. Y como vimos anteriormente, algunos deseos pueden conducirnos a lo peor.
Es importante recordarnos, que nuestro acto de pensar, es muy similar al acto de respirar, dado que siendo conciente o no de nuestra respiración, la misma se va a producir igual. Por lo tanto, concientes o no de nuestros pensamientos, ellos van a estar ahí. Es fundamental, comenzar a tomar distancia de ciertos pensamientos, que pueden asemejarse a algún animal muy peligroso, como por ejemplo una cobra.
Imagínense que vamos caminando por un sendero y no alcanzamos a percibir que en nuestro camino, se encuentra una serpiente muy venenosa. El hecho de no ser concientes de la misma, nos podría costar la vida, pero si la percibimos, seguramente haremos algo para evitar que nos muerda. De la misma forma, si tomamos conciencia de lo que pensamos y la peligrosidad de ciertos pensamientos, no nos dejaremos arrastrar por ellos. No le concederemos tanta importancia, y poco a poco comenzarán a desaparecer.
La búsqueda del placer y la necesidad de colmarnos según Krishnamurti
-Es obvio que el deseo de realizarnos, de llegar a ser algo, surge cuando existe la percepción de que uno nada es.
-Dándonos cuenta de que somos vacíos, interiormente pobres, luchamos por acumular cosas en lo externo, o por cultivar la riqueza interior. Sólo hay esfuerzo cuando uno escapa a ese vacío interior por medio de la acción, de la contemplación, de la adquisición, del logro, del poder, y lo demás. esa es nuestra diaria existencia.
-Yo me doy cuenta de mi insuficiencia, de mi pobreza interna, y lucho para huir de ella o para llenarla. esto de huir, de evitar el vacío o de procurar encubrirlo, ocasiona lucha, rivalidad, esfuerzo.
-Cuando hay comprensión de lo que es, o sea del vacío, de la insuficiencia interior; cuando uno vive con esa insuficiencia y la comprende plenamente, adviene la realidad creadora, la inteligencia creadora, que es lo único que trae felicidad.
-Sólo si os dais cuenta de la insuficiencia interior y vivís con ella, sin escapatoria, aceptándolo totalmente, descubriréis una tranquilidad extraordinaria, una tranquilidad que no es un resultado artificial, sino que viene con la comprensión de lo que es. Sólo en ese estado de tranquilidad hay ser creativo.