Mientras estábamos disfrutando de unas vacaciones con mi hijo, mi nuera y mi nieta, Leonel me comentaba acerca de la importancia de las vacaciones no sólo para descansar físicamente sino también psicológicamente. Luego me sugirió si podía escribir algo al respecto.
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¿Por qué es necesario tomarse unas vacaciones?
Podemos pensar que las vacaciones son fundamentales para bajar un cambio de la vorágine del día a día y el ritmo con el que solemos vivir. Son necesarias para tener tiempo de ocio, conectar con la familia, descansar y recargarse
Hoy vivimos en un mundo donde todo sucede muy rápido, y además existen un montón de actividades que tenemos que realizar. Las mismas van desde el trabajo, el cuidado de los niños, la actividad física, estudiar, quehaceres domésticos, reunión con amigos y otras. Llega un momento en que no sólo es fundamental descansar nuestro cuerpo sino también la actividad mental.
¿Qué importancia tienen las vacaciones?
Las vacaciones por lo general sirven para tener una recuperación tanto física como mental. Esto se produce, porque hay una suerte de alejamiento de los distintos elementos estresores que conducen al individuo a un incremento de sus niveles de ansiedad y preocupación, con un mayor desgaste psicofísico.
No por tener vacaciones vamos a producir una verdadera recuperación. Esto va a depender de que hagamos un verdadero cambio en las situaciones vividas y por ende una forma de pensar diferente.
Esto no sucede, cuando en vacaciones seguimos enganchados con cuestiones de tipo laboral u otras actividades que hacemos diariamente.
¿Cómo cuidarse sin dejar de disfrutar de unas vacaciones?
A continuación daremos algunas recomendaciónes para aquellos que estén pensando en irse de vacaciones.
- Limitar las actividades sociales las dos semanas previas para minimizar el riesgo de contagio de COVID-19, y la eventual aparición de síntomas durante el viaje, así como la transmisión a terceros en el destino.
- Elegir destinos poco concurridos de ser posible.
- Evitar de ser posible el uso de transportes aéreos o terrestres de larga distancia; y viajar en horas o días pico.
- Chequear la complejidad y disponibilidad de servicios de atención sanitaria en el lugar elegido.
- Preferir alojamiento solo para el grupo familiar, o con pocas zonas compartidas, y de ser posible, llevar comida y bebida propia.
- En cuanto al uso de piscinas, si bien no existe evidencia de transmisión del virus en ámbitos acuáticos adecuadamente clorados, se deben respetar las recomendaciones de distanciamiento de al menos dos metros dentro y fuera del agua, higiene de manos luego de tocar superficies comunes, y uso de tapabocas fuera del agua. Por ejemplo, en zonas comunes de reposeras o bares; si el clima lo permite, utilizar las instalaciones en horarios poco concurridos y compartiendo los espacios solamente con el grupo familiar.
- Limitar las actividades sociales y contacto con personas que no compartieron el viaje durante los 14 días siguientes al regreso.
- Cumplir las recomendaciones jurisdiccionales de aislamiento o restricción de la circulación en caso de ser necesario.
- Permanecer alertas ante la aparición de síntomas como fiebre, tos o dolor de garganta, y realizar la consulta médica inmediata aclarando lugar de destino, fecha de regreso y contactos cercanos
- Si hay algún conviviente con alguno de Factores de Riesgo mencionados anteriormente que no viajó, se debe mantener el aislamiento durante 14 días posteriores al regreso, de ser posible en otro domicilio, o garantizando habitaciones separadas y evitando el uso de ambientes comunes.
- Planificar el viaje restringiendo en lo posible al grupo familiar.
5 beneficios que produce el tomarse vacaciones
A continuación, vamos a desarrollar los beneficios que nos produce el poder tomarnos unas vacaciones.
Más relajado
En las vacaciones al estar alejado de las actividades cotidianas, hay una mayor posibilidad de estar relajado y tomar las situaciones que nos toca vivir con mucha más calma.
El sistema nervioso va sintiendo esa relajación y la reducción de las tensiones tanto en el área somática o corporal como en la mental. También afecta el área del mundo exterior, porque se modifica la forma en que nos comunicamos. Al estar más sosegados, tenemos mucha mayor tolerancia y menos reactividad.
Liberarse de las preocupaciones
Sabemos que la preocupación consiste en pensar negativamente en situaciones que nos podrían llegar a suceder, pero que aún no han sucedido. Esto afecta notablemente al cuerpo-mente, debido que a pesar de no haberse producido aquello que pensamos, la mente lo puede tomar como real y el cuerpo sentirlo como si realmente estuviera sucediendo.
En definitiva, vivimos la preocupación como si fuera un hecho y nos afecta de la misma manera. Por eso, al estar conectado con la naturaleza u otras actividades, nos liberamos de las ideas o imágenes que nos preocupan y que nos hacen tanto daño.
Mayor creatividad
Al sentirnos más relajados y con menos preocupaciones, podemos destinar nuestra energía y pensamiento a la creatividad. Cuando nos volvemos más creativos, rompemos con la mecánica rutina e incrementamos los niveles de placer. Esto va a tener un efecto muy reparador no sólo a nivel psíquico, sino también corporal y en el mundo exterior. Con la creatividad, le damos un nuevo sentido de vida.
Ya no vemos la vida en diversos matices de blanco a negro, sino que también llega a nosotros un universo multicolor que además de estimularnos, incrementa nuestra motivación. Recordemos que la motivación es el combustible del alma.
Mejor la concentración
Al tener menos tensiones y cambiar de lugar, la capacidad de focalizar nuestra atención es mucho mayor, conduciéndonos a incrementar la concentración y permanecer en el presente o en el aquí ahora.
Ya no nos dejamos enredar por situaciones del pasado o del cementerio de la memoria, ni tampoco nos complicamos con pensamientos preocupantes de lo que podría llegar a pasar. Comenzamos a disfrutar mucho más de aquello que estamos haciendo en el momento.
Disminución de la ansiedad
Estando más relajados, libres de preocupaciones, con una mayor creatividad y mejor concentración, notaremos que los niveles de ansiedad comenzarán a descender.
Se produce una ralentización en nuestras actividades y no estamos pensando mientras hacemos algo en el próximo paso. Permanecemos atentos al presente y hay una desaceleración de nuestro ritmo. Todo esto nos conduce a generar una mayor armonía en el cuerpo, mente y el mundo exterior.
Síndrome postvacacional
El Síndrome postvacacional o también conocido como estrés postvacacional, no es considerado como una patología.
El Síndrome postvacacional sería una especie de proceso de adaptación a la tarea laboral luego de haberse tomado unas vacaciones.
Síntomas más comunes del Síndrome postvacacional
-Depresión
-Dificultades en la concentración
-Menor rendimiento
-Malestar general
-Ansiedad
-Síntomas cardíacos
-Sudoración
-Cambios en el humor
5 sugerencias para prevenir el Síndrome postvacacional
Vamos a dar una serie de sugerencias que pueden ser de gran ayuda para evitar el surgimiento de los síntomas del Síndrome postvacacional
Regresar con anterioridad
Es fundamental regresar unos días antes del comienzo de la actividad laboral, para poder adaptarse a los hábitos cotidianos y poder pensar en el regreso al trabajo.
Regular las horas destinadas al dormir
Es común en las vacaciones que nos acostemos y nos despertemos en otros horarios. Por eso, es fundamental ir regulando la actividad del dormir para cuando empecemos con la actividad laboral.
Saber organizarnos
Cuando retornamos al trabajo, es importante no querer solucionar todo lo pendiente en el primer día de trabajo después de las vacaciones. Si hacemos eso, seguramente incrementaremos los niveles de estrés. Vamos a ir de poco, viendo las cuestiones a resolver que son prioritarias. Es necesario discernir ¿qué es lo importante?
Ejercicio físico
Es bien sabido que el ejercicio físico o la práctica de algún deporte ayudan a liberarnos de el estrés. Es por eso que consideramos de gran ayuda para prevenir el Síndrome postvacacional el comenzar o retomar las actividades físicas.
Ser más pacientes
Es necesario tener paciencia ante los síntomas del Síndrome postvacacional, porque por lo general son pasajeros. Esto significa, que vienen por un tiempito y luego se van.
En caso que dichos síntomas tengan continuidad, después de unos meses, es recomendable hacer una consulta a un profesional de la salud. El mismo va a determinar y diagnosticar en qué condiciones se encuentra la persona, dándole el tratamiento terapéutico pertinente.