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Autoconocimiento Emocional

La verdadera aceptación nos conduce a la paz

diciembre 6, 2019
aceptación

El concepto de aceptación se encuentra vinculado a la acción y efecto de aceptar, aprobar, dar por bueno o recibir algo de forma voluntaria y sin oposición.

¿Quién no ha deseado alguna vez que la realidad fuera diferente a la que estás viviendo? ¿Quién no ha cometido algún error que desearía modificar? ¿A quién no le ha molestado la actitud o forma de vida de otra persona?

Ante cualquier situación que te produzca algún malestar, observa y piensa si puedes hacer algo para solucionarlo. De ser así, crea un plan de acción para mejorar tu vida.

Si quieres seguir adelante, tienes que aceptar o sufrirás más de lo necesario. Luchar o pelear en contra de una realidad que no puede ser cambiada, será un gasto de energía inútil y dañina.

¿Qué es la aceptación?

Psicológicamente, podríamos decir que la aceptación significa reconocer situaciones no deseadas de nuestra realidad circundante, sobre las que no podemos hacer nada para modificarlas. Esto quiere decir, que hay que ir aprendiendo a asumirlas, para poder incrementar nuestra tolerancia a las pérdidas, fracasos y frustraciones.

aceptación

La aceptación, es la decisión de admitir y afrontar todas las situaciones que la vida nos trae a cada momento. Esto nos ayudará, a dejar atrás lo que no podemos cambiar, focalizándonos en lo que tenemos que cambiar o modificar.

No se trata de aceptar lo que es; lo que es no necesita ser aceptado. No aceptáis que sois morenos o blancos, puesto que ello es un hecho; sólo cuando tratáis de llegar a ser otra cosa, tenéis que aceptar.

Jiddu Krishnamurti

Aceptación de los hechos


Muchas veces necesitamos un período de tiempo para descubrir que la verdadera aceptación de los hechos, es el camino para la paz interior. Por medio de la aceptación se hace posible soltar el pasado en el que muchas veces estamos atrapados, permitiéndonos comenzar a transitar nuestro camino mucho más ligeros de equipaje.

La resistencia


¿Por qué nos cuesta aceptar los hechos? Porque pensamos que a través de la resistencia o la lucha ante los hechos nos sentiremos más poderosos, aunque, en definitiva, lo que sucede es que nos vamos debilitando cada vez más. Con la lucha o resistencia, nuestro ego se va agigantando, pero el sufrimiento interior es mayor.

A medida que nuestro ego crece, se nos muestra como más omnipotente. Pero, en realidad, esa supuesta “omnipotencia” deja traslucir su verdadera impotencia.

La no lucha


Es conveniente aclarar que no luchar con los hechos no significa volverse blando o apático, muy por el contrario, esto implica que no estaremos dispuestos a perder nuestra energía en el conflicto. La consecuencia inmediata va a ser la obtención de una verdadera armonía interior.

Aprender a soltar


Cuando hablamos de morir, no nos referimos a la muerte física exclusivamente, sino a la capacidad de poder soltar, abandonar y dejar de lado las situaciones que hemos vivido, para poder vivir más en el presente. Soltar lo que vivimos nos hace renacer a cada momento y es muy necesario debido a que si no lo hacemos, comenzaremos a estar muy sobrecargados de experiencias.

El pasado tiene su lugar en nuestras vidas y podemos recurrir a él cuando lo consideremos necesario, pero estar viviendo en un pasado que ya se fue, implica no querer morir.

Vivir el Aquí y Ahora


Cuando no queremos morir vamos acumulando memorias de hechos pasados que le damos vida continuamente. De esa manera, en lugar de estar más claros, nos volvemos oscuros debido al proceso de acumulación de pensamientos, imágenes y sentimientos. Vive el presente todo lo que puedas y recuerda que el pasado ya pasó y no lo vas a poder modificar. Cuando dejamos de darle atención al pasado pierde el poder que tenía sobre nosotros.

Tipos de aceptación

A la aceptación podemos dividirla en dos tipos:


La aceptación intelectual


Se produce cuando comenzamos a observarnos y no peleamos con aquello que pudimos sacar a la luz. Un ejemplo podría ser el reconocer que comemos o bebemos en exceso, mentimos, envidiamos, agredimos, o cualquier otra conducta inapropiada. Tomar conciencia de lo que realmente somos, nos permite dar el primer paso.


Hace unos cuantos años un hombre había ido a visitar a su médico especialista en vías respiratorias y mientras era atendido, pudo ver que en la chaqueta del profesional había una caja de cigarrillos. El especialista tenía todo el conocimiento intelectual sobre los peligros que ocasiona el cigarrillo, sin embargo no le era suficiente como para dejar de fumar. De ahí que el intelecto solo no alcance para liberarnos de alguna conducta no deseada.

La aceptación vivencial


Se produce cuando se acepta plenamente lo que sucede no solamente desde lo intelectual, sino desde la acción inmediata.


Resulta fundamental poder pasar de la aceptación intelectual a la vivencial.


Un taxista me contó que fumaba cuatro cajas de cigarrillos diarios y que había dejado de fumar.

Él me dijo que una noche empezó a ahogarse a tal punto que tuvieron que internarlo de urgencia. Al regresar a su casa, después de estar cuatro días internado, vio una caja de cigarrillos en el living de su casa, la tomó y la arrojó a la basura como si fuera un veneno. Ese hombre me comentó que desde entonces nunca más tuvo deseos de fumar.

«La aceptación vivencial del peligro de fumar le hizo abandonar el hábito».

La resistencia nos hace prisioneros del conflicto, mientras que la aceptación nos libera.

4 Ejercicios para lograr la verdadera aceptación:

  1. Busca en el mundo exterior alguna situación o hecho que te moleste mucho. Puede ser algún ruido molesto, un embotellamiento de tránsito o tapón, una larga fila en alguna institución, algún olor pestilente, etc.
  2. Intenta moverte con lo que te molesta, sin luchar contra eso y aceptándolo tal como es.
  3. Una vez que hayas practicado con el mundo exterior, dirige tu atención hacia el mundo interior. Trata de traer a tu conciencia algún pensamiento o sentimiento tóxico que te moleste mucho y que siempre hayas querido hacerlo desaparecer. Deja que el pensamiento o sentimiento negativo esté en tu mente sin pelear contra él, como si se tratara de un ruido molesto, o un embotellamiento de tránsito.
  4. En la medida en que aceptes que los pensamientos tóxicos se desplacen por tu mente sin resistirlos, menos te afectarán. Poco a poco podrás seguir practicando con otros sentimientos, pensamientos o imágenes tóxicas.
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