Unos días atrás, mi hijo me envía un whatsapp en inglés acerca del origen de la palabra animal, porque le había parecido muy interesante. La palabra animal, vemos que tiene su origen en animalis (latín), y esta a su vez deriva del griego anemos que quiere decir viento. Se traduce como ser dotado de respiración o soplo vital (ánima).
Con posterioridad, Leo fue quien tuvo la idea de que escribiera acerca de la importancia del ánima.
La primera pregunta que me viene a la cabeza es:
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¿Qué entendemos por el ánima?
La palabra ánima significa alma, por eso muchas veces se la usa como sinónimo. En la biblia se usa la palabra ánima como una referencia al espíritu de Dios. Otras veces, se habla de ánima como soplo de vida, hálito de vida, soplo vital, etc.
El ánima según Carl G Jung
Para Carl G Jung, el ánima representa la parte femenina del hombre, mientras que el ánimus sería la parte masculina de la mujer.
La imagen femenina inconciente va a influir significativamente en la relación amorosa del hombre conduciéndolo a la elección femenina de lo que proyecta su alma.
Texto tomado del libro LAS RELACIONES ENTRE EL YO Y EL INCONCIENTE DE CARL G JUNG
La mujer fuente de inspiración
La mujer con su psicología tan diferente de la del varón, es y siempre ha sido una fuente de información sobre cosas para las cuales el varón es ciego. Ella puede significarle inspiración; su capacidad intuitiva, a menudo superior a la de él, puede suministrarle útiles advenencias, y su sentir, orientado a lo personal, puede mostrarle vías al varón que a éste, por su sentir menos personalmente orientado, le habrían sido inhallables.
Nadie es tan masculino
Ningún varón lo es tanto y tan exclusivamente que no tenga en sí algo de femenino. Antes bien, es un hecho que precisamente en hombres muy viriles se da (ciertamente muy protegida y oculta) una vida afectiva muy tierna (a menudo injustamente calificada de femenina).
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Represión de lo femenino
Se considera virtud en el varón reprimir al máximo los rasgos femeninos, como se consideraba hasta ahora por lo menos, inconveniente en la mujer el mostrarse varonil. La represión de rasgos e inclinaciones femeninas lleva, como es natural, a una acumulación de esas tendencias en el inconciente.
Elección de pareja de acuerdo a su parte femenina inconciente
El varón, en su elección de pareja, sucumbe muy a menudo a la tentación de conquistar a aquella mujer que corresponde más a la índole particular de su feminidad inconsciente, o sea en la cual su alma puede proyectarse sin encontrar mayores objeciones.
Si bien tal elección se ve y vivencia lo más a menudo como el caso ideal, también puede suceder que de ese modo el hombre se haya manifiestamente casado con el peor de sus lados flacos. (Lo cual podría explicar muchos matrimonios en extremo sorprendentes.)
Las tres fuentes de la parte femenina del hombre según Carl G Jung
A continuación veremos las tres fuentes de la parte femenina del hombre.
Psique de la mujer
Una de las fuentes de la parte femenina del alma del hombre (el ánima) es la psique de la mujer, que es tan distinta; porque la mujer puede ser la inspiración del hombre por tener una capacidad de intuición superior a él y un instinto más orientado a lo personal.
Feminidad del hombre
Como segunda fuente de la parte femenina del hombre, además de la influencia de la mujer, está la propia feminidad del hombre.
Imagen heredada
La tercera fuente de la feminidad del alma del hombre es la imagen colectiva heredada de la mujer.
Para terminar, les voy a dejar esta cita de José Ortega y Gasset que me parece excelente.
El viento ha sido siempre para el hombre símbolo de lo dinámico y enérgico, porque entre las cosas perceptibles, en vista de las cuales forjó en tiempos remotísimos su lenguaje, es el viento la que con menos materia manifiesta más pura fuerza. Por eso todas las palabras que expresan el ser moral del hombre, provienen de raíces que significan aire – alma, ánima es viento, y espíritu es soplo.